jueves, 13 de agosto de 2009

El Lugar Importa: Las Ciudades Retoman su Fuerza en el Cine.

Larry David y Evan Rachel Wood en "Whatever Works"


Este verano, mientras los grandes juguetes de la temporada (Transformers, G.I. Joe, Terminator...) se enfrentaban por ver quien trataba al público de forma más infantil, y con ello obtener mayores ganancias en taquilla; se estrenaron de forma casi desapercibida, dos pequeñas películas con algo en común: una ciudad como algo más que el sitio donde transcurre la historia, son en sí mismas un personaje que influye en los demás. Se trata de Whatever Works de Woody Allen y (500) Days of Summer de Marc Webb.

A nadie sorprende que Woody Allen retome a la Ciudad como una presencia activa en sus historias, fue él quien hace más de 30 años le dio a Nueva York su presencia cinematográfica moderna, bueno, al menos de su clase pudiente, (para ver como se las arreglan los demás, siempre tendremos a Taxi Driver de Scorsese.)

Whatever Works es una obra menor en la carrera del genio, pero eso es lo de menos, ya quisiéramos que toda la desfachatez del verano tuviera el puntaje mínimo de calidad con el que Allen trabaja.
En su última entrega, el director establece una vez más a Manhattan como el gran refugio espiritual estadounidense, claro: para aquellos que gustan de las artes, de la libertad de pensamiento y de las relaciones humanas de tipo parisino. Amables residentes de Missisipi: favor de abstenerse ya que les podría gustar.

Son muchos los que deducen que Manhattan (1979), es la más grande carta de amor de Allen hacia Nueva York, pero quizás sólo puede ser considerada una de muchas. Su visión de la gran metrópolis se encuentra filmada por pedazos a través de toda su obra. En Interiors (1978) Allen nos muestra el lado obscuro de los Hamptons y de los neoyorquinos que pasan sus veranos ahí. O quien podría olvidar la fantástica Hannah and her Sisters (1986), en donde Central Park queda inscrito como el gran parque intelectual de la nación, haciendo incluso temblar a los Jardines de Luxemburgo por el puesto internacional.



"Hannah and her Sisters" de Woody Allen

La lista continúa con grandes obras como Another Woman (1988) que nos lleva por el bohemio Greenwich Village como punto de encuentro de los personajes, pasando por Alice (1990) que mitifica a Chinatown como el lugar más lejano de NY, y que decir de Husbands and Wives (1992) que plasma a la perfección una de las muchas realidades que existen en el área de Columbia University, pero también de los grandes estudios de artistas del SoHo. Faltaba más decir que Allen tiene incluso el talento para rescatar la esencia de ciudades que conoce menos, tales como Londres o recientemente Barcelona. Curiosamente, mientras que en sus cintas de décadas anteriores muestra a los “nativos en acción”, en Vicky Cristina Barcelona (2008) y ahora en Whatever Works, filma a los extranjeros y como éstos son cautivados por la fuerza especial del lugar al que han llegado.

Es incalculable el bien que ha hecho Woody Allen para la diplomacia cultural de su país, se podrá amar u odiar a Nueva York, pero jamás sentirse indiferente. Por su parte, (500) Days of Summer de Marc Webb es un ejercicio al más puro estilo Allen. La novedad es que se trata de encuadrar a Los Angeles en pleno año 2009, una ciudad definida generalmente por su inhumanidad, la indiferencia o superficialidad de su gente, pero más que nada por esa imponente bestia de varias cabezas llamada Hollywood.

Son muchos los directores que han intentado definir a esta megalópolis. Cómo olvidar Sunset Boulevard (1950) de Billy Wilder, sobre la avenida del ensueño y sus soñadores, y mucho más recientemente, L.A. Confidential (1997) de Curtis Hanson, que rescata el aura criminal de la urbe, Barton Fink (1991) de Joel y Ethan Coen y The Player (1992) de Altman sobre la industria, e incluso Boogie Nights (1997) de P.T. Anderson, sobre la otra industria, la del valle de San Fernando.



Joseph Gordon-Levitt y Zooey Deschanel en "(500) Days of Summer"


Y también Allen lo intenta y con mucho éxito en Annie Hall (1977) en donde la ciudad de Los Angeles le quita lo más preciado que tiene. Claramente Webb la tiene difícil con sus (500) días de verano, una pequeñísima cinta ganadora en Sundance, la cual muestra las vivencias de una pareja iPod en el Downtown de la ciudad. Algunos dicen que se trata de la nueva Annie Hall, pero por desgracia la frescura de Allen y Keaton no se compara con las horas y horas de ensayos que llevaron a Zooey Deschanel a actuar “cool”.



Los Angeles como el protagonista de "(500) Days of Summer"


Cierto, (500) tiene grandes limitaciones, pero también tiene importantes logros, principalmente el regresar el reflector al lugar donde se hace el cine, a los barrios donde sigue existiendo gente que busca que sus alrededores cobren un nuevo tipo de inmortalidad cultural. Los pancakes, el IKEA, el estacionamiento que destruye la unidad del paisaje, todos son elementos que hacen a esta película destacar en una era donde las ciudades vuelven a cobrar fuerza en el cine. Eso ya es en sí, una extraordinaria noticia.